La creencia sobre una marcada diferenciación funcional entre cerebro derecho (“creativo, artístico, emocional”) y cerebro izquierdo (“lógico, analítico, verbal”) es un enfoque pseudocientífico, ampliamente difundido en educación, pero carente de respaldo empírico robusto. Si bien ciertos procesos muestran lateralización cerebral, la investigación contemporánea demuestra que ambos hemisferios colaboran en la mayoría de funciones y que la especialización no determina de manera rígida capacidades o estilos de aprendizaje.
# Definición
Narrativa simplista sobre la organización cerebral, que ha producido estereotipos infundados en los ámbitos educativo y profesional.
# Origen Teórico
Originada en investigaciones sobre hemisferios cerebrales de Roger Sperry y Michael Gazzaniga, que han sido sobregeneralizadas fuera del ámbito científico por divulgadores y materiales comerciales.
# Relación con otras Teorías
Este concepto es un [[Neuromito]], pues convierte hallazgos científicos parciales en mecanismos explicativos universales y erróneos del comportamiento humano. Contrasta con la [[Neuroplasticidad]], que sostiene la capacidad de ambos hemisferios para adaptarse y reorganizar funciones.
# Aplicación
Diseño de actividades educativas centradas en la supuesta “dominancia hemisférica”, como clasificar a los estudiantes como “más creativos” o “más lógicos” y adaptar métodos de enseñanza en base a esta tipología.
# Ejemplo
Una escuela implementa talleres para “activar el hemisferio derecho”, enseñando música o arte a quienes sean catalogados como “predominantemente derechos”, bajo la premisa de que se desarrollarán mejor de esa forma.
# Crítica
La clasificación rígida de estudiantes según hemisferios puede restringir su desarrollo integral y conducir a intervenciones poco fundamentadas. La evidencia actual apoya una visión más holística y flexible del funcionamiento cerebral.